En medio de la revolución pacífica que está viviendo España, me he tomado la libertad de plasmar la introducción de un discurso que realizó Manuel Castells, sociólogo y profesor universitario, el pasado 26 de mayo en Plaza Cataluña.
“Las relaciones de poder son esenciales en toda sociedad porque quiénes quieren y tienen poder construyen las instituciones en función de sus intereses y valores. Las instituciones que vivimos cada día son simplemente expresiones de esas relaciones de poder. ¿Pero cómo se forma el poder? El poder, fundamentalmente está en nuestras mentes. A fuera hay violencia e intimidación por si acaso se nos ocurre pensar diferente, pero en el fondo, un poder que solo se basa en la violencia, la historia ha demostrado que es débil. […] La manipulación de las mentes es mucho más eficaz que la tortura de los cuerpos. Por eso, la batalla del poder está en nuestras mentes, porque la forma en que pensamos determina lo que hacemos. Las mentes son redes neuronales que forman sus pensamientos, su visión del mundo, su concepción en relación con otras personas, con otras mentes, con otras redes neuronales y en relación con las redes de nuestro entorno social y natural. Todo esto es el proceso de comunicación.
[…]En el entorno de comunicación nuestras mentes funcionan y, por tanto, se establecen relaciones de poder. Afortunadamente en la sociedad siempre, no solo hay poder sino también contrapoder. Allá dónde hay dominación hay resistencia”.
He tenido que pararme aquí porque hubiera transcrito el discurso entero.
He optado por éste aunque podría haber escrito el del economista Arcadi Oliveres o el del periodista Eduardo Galeano, entre otros activistas y figuras de la comunicación.
La introducción que he plasmado en esta entrada me ha parecido, por lo menos, diferente al resto. Castells, ha establecido los antecedentes de la situación en la que nos encontramos a través de la construcción de los pilares que constituyen nuestra democracia actual, el poder. Todos estamos subordinados a él mediante las organizaciones e instituciones políticas que nos manipulan y ordenan en función de sus intereses. Una manipulación resguardada con la libre expresión, el derecho al voto o la sanidad. Una manipulación que no deja de ser una convivencia de la autoridad con la subordinación.
Afortunadamente, tal y como Castells apunta, los subordinados, bajo sus creencias, ideologías y valores, en ocasiones desobedecen a la supremacía y proponen su visión de sociedad justa y demócrata. En este caso, únicamente nos queda ver cuál será el resultado de este movimiento que confronta a tantos grupos.
Dejo aquí el enlace para aquellos que queráis escuchar el discurso de Manuel Castells:
Raquel Sancho
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