“ El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.”
Cien años de Soledad – Gabriel García Márquez –
Hace aproximadamente dos años reuní el valor para enfrentarme a la trama enrevesada y al eterno árbol genealógico de los personajes de la novela de Gabriel García Márquez Cien años de Soledad. De entre sus más de 700 páginas esta cita fue, sin dudarlo, lo que más me llamó la atención. La pregunta que me hice entonces y que me vuelvo a hacer hoy es, ¿qué pasaría si no tuviéramos un lenguaje para comunicarnos?
Según el filósofo Ludgwig Wittgenstein el mundo y, por ende la realidad, se construye a través del lenguaje. Sin embargo, sin el habla el mundo físico sigue estando presente ya que somos capaces de percibirlo a través de nuestros sentidos. El dilema, por tanto, es cómo se construye el mundo en nuestras mentes y si seríamos capaces de entenderlo sin que existiera un lenguaje mediante el cual expresarnos.
Esta reflexión nos lleva hacia otro tipo de incógnitas, por ejemplo, ¿es el lenguaje uno de los pilares de nuestra evolución? o ¿qué pasaría si solo pudiéramos comunicarnos señalando las cosas con el dedo, si no tuviéramos la capacidad física para hablar?
En mi opinión la lengua es sólo una entre un millar de formas que tenemos para comunicarnos, y con el tiempo, nuestros antepasados se percataron de que era la forma más fácil para comunicarse y la que requería menos esfuerzo. Pero, en definitiva no existe un “no lenguaje”. Las plantas, los animales, los organismos unicelulares, todos y cada uno de ellos tienen una u otra forma de comunicarse, es decir un lenguaje. Tanto el lenguaje verbal, el gestual, el de los colores o el de los olores sirven para expresarse. Los seres humanos disponemos de un amplio abanico de posibilidades comunicativas y la prueba de ello son los casi 7000 idiomas que se hablan en el mundo.
El dilema al que nos enfrentamos ahora no es el del lenguaje y el de la construcción de mundo. A mi parecer, en pleno siglo XXI la disyuntiva que nos corroe es la gestión y los usos del lenguaje, motivados en parte por el avance de nuestras sociedades modernas. La prueba palpable es que hoy en día se han creado carreras universitarias como la nuestra, Publicidad y Relaciones Públicas, cuyo objetivo no es otro que aprender a gestionar el lenguaje (en todas sus expresiones) con el fin de persuadir e inducir a las personas a la acción.
Jon Werckmeister
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